Una cama hospitalaria puede marcar una gran diferencia en la calidad de vida de una persona mayor o enferma, y en el cuidado que reciben. Algunas de las principales ventajas son:
Para el paciente:
Mayor comodidad: Las camas hospitalarias permiten ajustar la altura, la posición del respaldo y los pies, lo que facilita encontrar la postura más cómoda para dormir, leer o simplemente descansar.
Facilita la movilidad: Con la ayuda de los controles eléctricos, el paciente puede cambiar de posición de manera autónoma o con mínima asistencia, lo que reduce el riesgo de lesiones y úlceras por presión.
Seguridad: Las barandas laterales ofrecen protección contra caídas, especialmente para personas con movilidad reducida o que tienden a moverse durante el sueño.
Independencia: Al permitir al paciente realizar algunas tareas por sí mismo, como subir o bajar la cama, se fomenta su autonomía y autoestima.
Para el cuidador:
Facilita la tarea de cuidado: Los ajustes eléctricos de la cama hacen que las tareas de aseo, alimentación y cambio de posición sean más fáciles y menos exigentes físicamente para el cuidador, reduciendo el riesgo de lesiones.
Mayor eficiencia: Las camas hospitalarias están diseñadas para facilitar el acceso a todas las partes del cuerpo del paciente, lo que agiliza los cuidados y permite una atención más completa.
Reducción del estrés: Al contar con una herramienta que facilita la atención, el cuidador puede sentirse más seguro y relajado, lo que reduce el estrés y mejora la calidad de vida de ambos.
En resumen, una cama hospitalaria en casa es una inversión en la salud y el bienestar de quienes necesitan cuidados especiales. Si estás considerando adquirir una, contamos con camas de la marca FAMED Zywiec ideales para todo tipo de cuidados.